PRÁCTICAS DE PISCINAS: ASÍ FUERON Y ASÍ LAS CONTAMOS
Quienes aprenden a bucear con nosotros podrán cambiar de mar, pero no cambiarán de alma.
Una práctica de piscina empieza mucho antes de la hora de inicio. Desde el lunes, ya disfrutamos de un concierto de compresor a volumen brutal. Según van apareciendo los aspirantes a buceador@ vamos reservando equipaciones, que al final del día hay tantas bolsas preparadas que parece una exposición de “Samsonites”, pero venidas a menos. Así, hasta el domingo.
Desde las diez de la mañana estamos en plena efervescencia laboral, bien impartiendo clases, bien comprobando que todo marcha según lo previsto. Eso, a veces supone que cuando llega la hora el desayuno está más que digerido y tienes más hambre que el tamagochi de un sordo. A las 15:00, puntual, voy a recoger la Scubamóvil para que todo este cargado antes de las 16:00, hora en la que la caravana se pone en marcha.
A partir de aquí, la historia empieza a ser intensa porque hay que empezar a montar equipos bajo la supervisión de Sonia, que a estas alturas ya está más agresiva que el Potro de Vallecas cuando se queda sin metadona. Raúl se encargará de dirigir la práctica de flotabilidad, mientras, empiezo a gestionar los inicios de otro curso de OWD.
Para empezar, un ejercicio básico: Métodos de entradas al agua. Vamos a ver, como a la hora de comenzar con las prácticas, el alumnado está más nervioso que Pinocho en el Brico-Mania, estos ejercicios, sencillos a la par que divertidos ayudan a darle un poco de fuelle a la confianza.
Para un equipo de instructores como el nuestro, que tenemos más talento que el que convenció al ejército japonés de comprar cascos a los kamikazes, la transición de la superficie al fondo, tampoco es que nos resulte complicada. Chicos y chicas, por primera vez descubren la sensación de estar buceando. Y eso que, con el equipo y las mariposillas en el estómago de la emoción, suelen desequilibrarse un poco, que ríete tú de los punkis bailando ská.
Luego, la primera serie de ejercicios con regulador, el vaciado de máscara y por fin los primeros paseos en flotabilidad neutra. Las caras de “Semana Fantástica” de todos me confirman que la adaptación es total, que han caído de lleno en los brazos del ansiamasá y que esto es algo que ya no lo arregla ni McGuiver en el Leroy Merlin.
La primera práctica de piscina continua machacando la flotabilidad, ajustando lastres y repitiendo en flotabilidad neutra todos los ejercicios aprendidos. Vanesa, que se está centrando en la progresión de Ana, viste un shorty muy colorido, que de lejos, parece el cojín de una gitana. Así, “Behind the azulejos“, vamos devorando minutos hasta llegar a las tres horas de inmersión.
Mañana, tras una primera sesión tan intensa, hasta el windows arrancará antes que nosotros.
Hoy, he podido ver un par de imágenes de las pocas que pudimos grabar. Realmente, es una grata sensación ver cómo hemos conseguido que estemos a tan solo otra sesión de piscina y cuatro inmersiones de conseguir otra camada de buceadores seguros y confiados. Y es que, como digo siempre, eso de “curso de buceo barato en solo dos días” sigue sonando a “chocolate que no engorda”.
Andaos por lo segao
Zona de inMersión
No confíes nunca en un cocinero delgado, un mecánico limpio o un instructor de buceo guapo.