CARTAGENA (del 11 al 13 de octubre): YA TENEMOS MÁS HORAS DE BUCEO AQUÍ QUE DÍAS COTIZADOS.
DONDE CINCUENTA MINUTOS SON MÁS DE UNA HORA.
AHÍ ES.
El aburrimiento es una cerradura, el ansimasá es una llave.
Cartagena es la cuna del buceo en España. Una de las bahías mejores resguardadas de los vientos dominantes con unos fondos plagados de inmersiones aptas para cualquier nivel y llenas de vida.
Con una variedad de inmersiones difícil de encontrar en otras zonas del mediterráneo en las aguas de la orgullosa Cartago nova podrás bucear en bajos, cuevas o pécios.
Un fin de semana con sabor y olor a buceo.
RESERVAS Y CONSULTAS
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210€
El precio incluye:
- 2 noches de alojamiento en habitación doble.
- 2 desayunos, 1 comida, 2 cenas.
- 4 Inmersiones.
El precio NO incluye:
- Suplemento por habitación individual.
- Inmersiones extras.
- Conceptos no especificados en “el precio incluye”.
El viernes, saldremos de Madrid. Aunque ya no haga calor como para secar bacalaos en el coche, haremos una parada técnica en la despensa, previa convocatoria de esa fuente de patatas asadas con huevos fritos que ya han causado fervor en la caterva esteparia. Por supuesto, nuestra sinergia animista radical será complacida con brasas y productos de la vega.
Tras alojarnos en el hotel que más camarotes tiene, cenaremos y, posiblemente, los más osados lleguen a probar alguna de las combinaciones de helados más alternativas y vanguardistas del pueblo, que ya sabemos que no estáis para muchas nocturnas, ¿o sí?
El sábado, tras una tabla de ejercicios matinales consistentes en tres series de cero abdominales, nos desplazaremos al puerto de Cartagena para hacer dos inmersiones en una de las bahías más protegidas del mediterráneo. A poco que nos favorezca Eolo evitaremos traslados en los que os he escuchado vomitar en siete idiomas. De vuelta al puerto, un pequeño paseo hasta llegar a la casa del mar donde daremos cuenta de una paella (a ver si esta vez nos la podemos acabar) y una tarta de la Abuela, haciendo la digestión al frescor del Arqua, o en terracitas del paseo marítimo, para que luzcáis esos “outfits” de pantalón roñoso y camiseta vieja que parece que los hayáis sacado de un camión volcado de Cáritas,. También habrá opción de siesta o de playa para lucir nuevos tatuajes, que ya no sé si somos un grupo de buceadores o contamos entre nuestras filas con sicarios de la mara Salvatrucha.
¿Que se puede programar una nocturna? Pues bien ¿no?
Tras la cena, descansaremos y recuperaremos fuerzas para lo que nos viene el domingo.
Las inmersiones en Cartagena son bastante divertidas, con mucha fauna, muy variadas y asequibles para todos los niveles. Incluso la de la bahía de la Algameca, cuyos fondos son más feos que la parte de arriba del melón, cuenta con los alicientes de bucear en los pécios de un Harrier y de un helicóptero “Seaking”. No tenemos limitación inferior de tiempo por lo que podemos hacer inmersiones más largas que un grado de ingeniería. Tampoco tenemos porque bajar mucho, no sea que cojamos la termoclina y salgamos con tanto frío que le demos un pasmo a la de Frozen si la tocamos con los pies.
Una vez terminemos con la cosa del nitrógeno, recogeremos con eficacia probada esas licras y trajes de buceo tan coloridos que las jaulas del centro se parecen por momentos al armario de Leticia Sabater. Si llegamos a la despensa antes de las diecisiete cero cero sin parar donde los torreznos, nos toca postre gordo, que no pasaron nuestros abuelos hambre en la postguerra para que ahora nosotros no queramos comer una fuente de flan de queso.
Recuerda que las plazas están limitadas, que lo mismo pestañeas, te quedas sin sitio y te pones a llorar más que Sonia cuando estamos viendo “Espartacus” y me quito la camiseta.
DECISIONES CÓMODAS, VIDA FÁCIL.
DECISIONES DIFÍCILES, VIDA DURA.
DECISIONES ACERTADAS, CRÍTICAS FEROCES.
Y AÚN ASÍ, CAMINO.